Por Sandra Mendoza

Me paro a recordar mi infancia. ¿Hay algo más plancentero que jugar?
Qué concentración para ubicar cada cosa de la casa de mi muñeca, que aventuras y cortes de pelo le hice a mi husky de peluche.
Qué diveritdo resolver problemas matemáticos, por gusto. !Qué maravilla de ensoñación!
Y es que el juego nace de un deseo interior.
Cubriendo la curiosidad, la necesidad, el aprendizaje.
Sí, el juego es aprendizaje no hay duda ni diferencia.
Las peques se ven inmersas en grandes logros de conocimientos mediante el juego.
Habéis visto cómo repiten, se esfuerzan, se concentran.
No hay nada más allá del juego.
Igual que el trabajador mas azaroso de la empresa.
Desde la neurobiología se ha descubierto que ningún aprendizaje duradero es posible si nuestros centros emocionales no se activan.
Y para ello el juego es imprescindible.
Es pura emoción.
El juego estimula el desarrollo cerebral pues contribuye directamente a la creación de nuevas conexiones neuronales y desarrolla el pensamiento y el razonamiento, al mismo tiempo que experimenta y regula las emociones en el niño.
Si aplicamos esta idea a la escuela.
Hay que llenar la escuela de juego.
La verdad, que va intrínseco a los niños así que solo hay q preparar un buen espacio y dejar que la magia suceda.
Para preparar un buen ambiente de juego hay que tener en cuenta:
- La etapa de los peques para acercarnos al material más adecuado
- Un espacio ordenado donde el niño juegue creando su propio orden.
- Los materiales a su alcance.
- Juguetes para el juego simbólico, con el que integrará su realidad y vivencias. Imitando roles de su vida diaria, su mamá, su papá, siendo médico después de una consulta. Consolidando así las representaciones mentales que tiene sobre la realidad.
- Diversidad de materiales.
- Espacios de libre movimiento.
- Escucha atenta a qué necesitan.
- Confianza.
En este espacio el niño jugará, aprendiendo volúmenes, texturas, formas, resistencias.
Activando el pensamiento divergente, donde la pregunta es todo un mundo por descubrir, donde no hay una sola respuesta y la actividad se agranda llena de creatividad.
Un pensamiento que nos ayudará durante toda nuestra vida a resolver cualquier reto que tengamos.
Aprendiendo a relacionarse xon su entorno, con las demás y consigo mismo.
Cada peque tiene su propia capacidad de juego, interés innato en ciertas areas que solo necesitamos potenciar.
Quitemos el dolor interno q supone dejar el juego fuera del aprendizaje y de la escuela.
Potenciemos nuestros deseeos internos, elevemos el juego a la categoria que se merece.
Como el trabajo más importante del ser humano.
Texto Sandra Mendoza
Fotografía @monica_gozalo
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